GABRIELA CABEZÓN CÁMARA, GANADORA DEL PREMIO SOR JUANA INÉS DE LA CRUZ EN LA FIL DE GUADALAJARA: “GRACIAS A MI MANADA, QUE ME HACE MÁS ANIMAL. A LOS OTRAS Y OTROS, A MI FAMILIA"
Una ovación recibió la escritora y periodista argentina Gabriela Cabezón Cámara (San Isidro, Buenos Aires, 1968), apenas hizo su ingreso en el auditorio Juan Rulfo de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), el pasado miércoles 4 de diciembre. El encuentro literario se realiza hace 38 años en la ciudad de Guadalajara (estado de Jalisco, México) y es el segundo más grande del mundo en su tipo, tras la Feria de Frankfurt (Alemania). Cada año, la FIL entrega el Premio de Literatura Sor Juana Inés de la Cruz, otorgado en conjunto con la Universidad del Claustro de Sor Juana. El galardón reconoce el trabajo literario de las mujeres en el mundo hispano y premia a la autora de una novela publicada originalmente en español. La escritora argentina obtuvo el premio con Las niñas del naranjel (Literatura Random House. 2023), cuya temática está inspirada en la vida de la monja española Catalina de Erauso, que se escapó del convento y, vestida como hombre, participó como militar en la conquista de América. Gabriela Cabezón Cámara es la novena autora argentina que obtiene este galardón que entrega la FIL de Guadalajara, entre las que se cuenta a la cordobesa Camila Sosa Villada con Las malas, en 2020. En la siguiente cobertura para Mestiza Rock de Río Tercero (Córdoba, Argentina), el paso de la escritora argentina por la FIL 2024 de Guadalajara.
AGRADECIMIENTO A LA VIDA
El Premio Sor Juana fue concebido y bautizado por la escritora nicaragüense Milagros Palma. Se ideó para ser entregado al término del IV Simposium Internacional de Crítica Literaria y Escritura de Mujeres de América Latina, que se realizó en el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, en 1993. Después de esa primera entrega, el premio quedó integrado a las actividades de la Feria y ha sido otorgado cada año, con excepción de 2000, cuando se declaró desierto. Este reconocimiento está dotado con diez mil dólares en efectivo para la autora ganadora. Es entregado por la FIL Guadalajara y auspiciado por la Universidad del Claustro de Sor Juana. Entre las argentinas ganadoras se encuentran Sylvia Iparraguirre, Ana Gloria Moya, Tununa Mercado, Claudia Piñeiro, Inés Fernández Moreno, Perla Suez, María Gainza y Camila Sosa Villada. Listado al que se suma Cabezón Cámara con Las niñas del naranjel, quien en su discurso de recepción expresó lo siguiente: “aquí estoy diciendo, gracias a sor Juana, por supuesto… A los pueblos que se defienden de ese vampiro voraz, que es el capital. A los bosques, los humedales, las selvas, a los árboles, las montañas, a los otros animales, a los ríos que hacen cauces sobre el barro, en el cielo y debajo de las raíces. Gracias a los pueblos amerindios que tenemos agua y aire todavía, y en esa lucha se juegan las vidas, y muchas veces se las quitan. Gracias a la literatura, ese tejido de todo lo que respira haciéndose historias, juego y música, que concibe lo inconcebible, otros mundos, otros tejidos, otras maneras de estar. […] Gracias a mi manada, que me hace más animal. A las otras y otros, que también son mi manada, a mi familia. A los lectores, que hacen de lo leído algo vivo”, leyó Cabezón Cámara ante un auditorio repleto, el miércoles 4 de diciembre en la FIL 2024 de Guadalajara. A la autora argentina se le reconoció, además, por su defensa del feminismo, de los derechos humanos y del medioambiente.
LOS CENSORES, QUE VAYAN A LEER
Antes de recibir oficialmente el premio, Gabriela Cabezón Cámara brindó una conferencia de prensa por la mañana, el miércoles 4 de diciembre. Allí respondió sobre los intentos de censura que padeció su obra Las aventuras de la China Iron—junto a otras autoras— por parte de la actual vicepresidenta argentina y sectores de derecha: “la literatura es el reino de la libertad. La gente que censura no lee, les recomiendo que lean algo”. Además, habló de Catalina de Erauso, conocida como la monja Alférez, esa figura histórica del siglo XVII: “todo nació al observar una acuarela que tiene en su casa Ana Laura Pérez, mi editora, en el que una monja está matando a un originario en Sudamérica. Ahí empecé a investigar sobre ella y leí su autobiografía, que, desde la sintaxis demuestra poca humanidad. Es un personaje que no me gustaría tenerlo cerca, o a no menos de 500 metros. La coincidencia de mi novela con este premio de la FIL es que lleva el nombre de una monja como Sor Juana Inés de la Cruz, una mujer de un talento enorme, que escribió y amó con el mundo en contra en épocas de oscurantismo. La diferencia entre las dos es que una quiso entrar a un convento (Sor Juana) y la otra se quiso escapar (Catalina de Erauso)”, comentó Cabezón Cámara en el encuentro con el periodismo que cubrió la FIL, entre ellos Mestiza Rock de la ciudad de Río Tercero (Córdoba, Argentina).
LOS ARGUMENTOS DEL JURADO: ACTITUD ROCKER, ENTRE OTRAS COSAS
Para presentar a Gabriela Cabezón Cámara, la mexicana Ana García, escritora y miembro del jurado, narró al auditorio que encontró una descripción sumamente simpática de ella en la página web de la revista Anfibia. La semblanza, a medio camino entre una sección de sociales y una admiración juvenil, decía: “Gabriela Cabezón Cámara combina una cultura apabullante con una actitud rocker. Sabe muchísimo de literatura griega y, tras hablar brevemente de su trayectoria, concluye: 'Sus peinados cambian a menudo y sus tendencias provocan suspiros dentro y fuera del ambiente cultural'”. Esta anécdota, explicó Ana García, le permitió captar lo que representa Gabriela: una escritora quien, además de ser una de las voces más célebres de la literatura argentina actual, destaca no sólo por su trabajo extraordinario, libre y refinado con el lenguaje, sino también por su liderazgo en causas que ahora nos ocupan y preocupan a todos. Feminista, ambientalista, defensora de los derechos de las personas LGBTIQ+ y de la universidad pública, ha afirmado que la razón occidental, aunque generosa con una parte del mundo, ha sido cruel con la otra. “Gabriela posee una valentía y una actitud como decía esa semblanza, de una verdadera roquera, lo que la hace sobresalir de manera vigorosa”, indicó García. Las niñas del naranjel es una novela que es una apuesta por el lenguaje y por un personaje trans, la célebre monja Alférez, que se viste como el capitán español Antonio y cruza la selva con dos niñas guaraníes. Según Ana García, “es una obra tierna y dura, como señala Samanta Schweblin en la contraportada, luminosa y extraordinaria. La virtuosa libertad con la que Gabriela juega con el lenguaje en su obra es, a mi juicio, un espejo de las libertades que defiende apasionadamente: una forma de vivir en libertad”. En el evento de premiación también estuvieron presentes Carmen Beatriz López Portillo, sorjuanista; José Trinidad Padilla López, presidente de la FIL, y Diana Sofía Sánchez, miembro del jurado. Hay que recordar que, en esta temporada, el país invitado de honor fue España y el próximo año será la ciudad de Barcelona.