Algunas reflexiones sobre la situación política

Opinión 26 de octubre de 2023 Por Lautaro Cantarero Salguero
Cantarero Salguero nos acerca sus apreciaciones sobre los convulsionados días de la política nacional.

Algunas reflexiones sobre la situación política:

*El nombre Milei condensa un malestar social creciente, cargado de desencanto colectivo que ha sido exacerbado por la pandemia global y el sentimiento compartido de descreimiento por la distancia abismal entre las expectativas de la comunidad y el palpable empeoramiento sistemático del estado de cosas. Si se suman a quienes lo votaron el domingo, los que no participaron, los votos en blanco y anulados, tenemos casi la mitad del electorado… número que manifiesta la crisis de representación política actual. Tampoco es menor el dato de que ninguno de los últimos tres presidentes pudo candidatearse porque no llegaba al balotaje. 

*Con esto quiero decir que Milei no es el hijo de un repollo, cuáles son las razones de que un falso profeta de estas características, que encabeza un espacio sui generis sin tradición política, sin ningún gobierno ni fuerzas provinciales y mucho menos músculo político organizativo por abajo en términos de activismo. Solo canaliza parte de la indignación y la impotencia colectiva, su incontinencia verbal es elocuente, no puede dar cuenta del momento histórico que transita la Argentina, su diagnóstico no tiene pies ni cabeza y por esa sencilla razón lo que propone es irrealizable. Similares hiatos entre el discurso público y las condiciones efectivas de desarrollo para sus políticas vivieron Trump y Bolsonaro. En síntesis, si cambia el humor social, y esto no ocurre por arte de magia sino por la realidad efectiva de las cosas, su único poder que deriva de los votos cosechados se esfuma en el aire.

*Entonces, ¿esa crispación en el sentido común alrededor de la dirigencia política de dónde proviene? Está justificada a partir de la insatisfacción democrática que representa que se degrade y precarice nuestra calidad de vida, cuanto menos en los últimos 8 años transcurridos. Pensemos sin más por ejemplo en la caída pronunciada de los ingresos populares, la pérdida de poder adquisitivo del salario o la transferencia de riqueza desde abajo de la pirámide social hacia su cúspide (los pobres se hicieron más pobres y los ricos más ricos), etcétera.

*Ahora bien, el escenario que se abre a posteriori de las elecciones generales demuestra que si bien cambió el orden de los factores, las dos coaliciones o alianzas políticas que otrora eran abrumadoramente mayoritarias han disminuido significativamente su caudal de apoyo. Lo pueden confirmar comparando la merma en la cantidad de sufragios recibidos por ambas fuerzas en las elecciones nacionales. Dicho esto, podríamos encontrarle sentido a los resultados diciendo que el temor a la amenaza que representa Bulrich y Milei es más fuerte que el rechazo a la candidatura de Massa. Yo estoy entre los que tienen esa posición, voto a Unión por la Patria porque la entiendo como expresión del ajuste más moderado.

*Sin embargo, queda claro que si Massa no plantea una agenda de reivindicaciones económicas progresivas para los sectores populares y medios, el horizonte seguirá siendo el mismo. En concreto pienso en algunas propuestas que servirían para evitar el endeudamiento externo y que las empresas fuguen o giren la ganancia en lugar de reinvertir en el país donde generan sus dólares. Dicho esto, es una gran oportunidad de salir de este nivel de adormecimiento en que vivimos fingiendo demencia, para volver a demandar y exigir activamente lo que nos corresponde como pueblo argentino.

*En este marco, la superficialidad de la discusión política hoy es lamentable, se habla de cargos, listas, operaciones, acuerdismos dirigenciales, déficit o equilibrio fiscal, corrupción, puras cortinas de humo que permiten esquivarle el cuerpo a lo importante. En el fuego cruzado de las tres opciones electorales que matemáticamente no les alcanza para ganar la elección, pero que indefectiblemente una deberá resultar vencedora, el monje negro, Mauricio Macri, desde las sombras viene haciendo de las suyas. Primero jugó en contra de su Delfín Horacio Rodriguez Larreta en las PASO. Nuestra hipótesis es que si hubieran consensuado un candidato de unidad y ampliado sus vínculos frentistas imprimiendo a la campaña un perfil más hacia posiciones de centro derecha del espectro político, hubieran tenido una performance electoral más competitiva e incluso tal vez hubiesen obligado a la alianza oficialista a repensar su táctica massista. Pero ese análisis queda pendiente para otro día.

*Así las cosas, Macri con sus ambivalencias y juego a dos puntas es uno de los grandes responsables de la derrota de su propio espacio político que ahora quedó excluido del balotaje por una diferencia contundente. Milei los aventaja por la misma distancia que los deja detrás de Massa. Repasemos, es incomprensible que el blanco permanente de la campaña de Bullrich haya sido el oficialismo cuando era absolutamente claro que era con Milei con quién se disputaban los votos. En cambio, Milei arremetió con virulencia cada vez que tuvo oportunidad contra su nueva aliada. Bajo el padrinazgo de Macri las injurias y ataques que el misógino le propinó prescribieron velozmente y ahora se unen en el nuevo Juntos por la Libertad de los genocidas y el capital. Imaginamos que el expresidente quizá se haya guiado por la máxima peronista de no dejar herederos, quiere seguir haciendo negocios a costillas de los argentinos y reproduce las prácticas dañinas que tanto ha denostado. Ya sabemos que operó y traficó influencias para que Juntos por el Cambio en su conjunto apoye a Milei en la segunda vuelta, pero no movió bien sus fichas y quedó marginado del espacio que fundó y lo llevó a la presidencia. La Unión Cívica Radical aclaró que se rompe y no se dobla, por lo que la partición del macrismo residual es un hecho. Mientras tanto los supuestos adalides de la república, viven en una desconexión sideral, si les cabe alguna duda vean la postura mística de Carrió, espero que haya otros casos de políticos profesionales (parlamentarios) y entre sus respectivas burocracias partidarias en que prime la responsabilidad. Veremos cuál será el papel de cada espacio político en esta historia que nos tiene de espectadores pasivos. Las militancias opositoras de todos los colores que aún subsisten no parecen estar dispuestas a la obsecuencia o al seguidismo a cualquier costo. De momento tenemos como saldo que el sueño húmedo de conformar una alianza ultraderechista subordinada geo-políticamente a la OTAN se desvanece para los macristas libertarios.

*La farsa montada ayer miércoles 25/10 pone de relieve otra cuestión. Los sectores más reaccionarios de la casta política, es decir, la ultraderecha ya sea porque pequen de ingenuos o de soberbios, están convencidos de que si llaman a tal o cual dirigente a sus filas, la gente los sigue como si comiera vidrio, pero eso no pasa de ser una expresión de deseo de los macristas libertarios. Mucho menos mecánico es el traslado de los votos si tu reciente gobierno fracasó y ahora querés embarcarte en patrocinar a una propuesta que consiste en arrodillarse ante un imperio en decadencia que no te puede garantizar estabilidad monetaria como pretenden con la dolarización. Los portaaviones yankis que juegan al negocio de la guerra en medio oriente y el este de Europa ya no cotizan tan bien como antes, el mundo cambió y es multipolar con diversas potencias emergentes, por mal que les pese a sus dogmatismos ideológicos anacrónicos por los que siguen añorando el Consenso de Washington de Thatcher-Reagan. Puertas adentro, las políticas de shock que prometen aplicar, sea en su variante devaluadora de plan austral o plan bónex (incautación de ahorros como en el corralito) son el verdadero cepo con el que nos quieren recortar, expropiar, empobrecer y hambrear aún más de lo que estamos. Para esta reacción conservadora disfrazada de novedad que sigue al pie de la letra las recetas ortodoxas de Martinez de Hoz y Cavallo, hay argentinos de sobra y quieren disciplinarnos a una vida sumisa, hacernos pagar la crisis y condenarnos a un mayor sufrimiento que el actual. Por este motivo reivindican las políticas económicas neoliberales de la dictadura y de Menem.

*Finalmente, el ministro candidato que propone un gobierno de unidad nacional si logra empezar a componer la nueva canción de que habla Kicillof, si se asocia con los representados más que con las cúpulas de clases dominantes que quieren conservar el orden existente y amplía su base de sustentación popular con políticas audaces para cambiar la matriz distributiva en favor de las mayorías, como puede ser mediante el control de precios y cambios, puede recuperar el prestigio mancillado del peronismo y ganar la legitimidad democrática necesaria para constituir un nuevo sujeto político. La integración económica regional con países hermanos a través de un banco común del sur puede tener un rol de avanzada en esta puja distributiva. Recordemos que la participación de los trabajadores en el ingreso nacional desde 1945 hasta 1976 osciló entre un 42 y 48%, desde entonces al presente decayó sustancialmente hasta la mitad, alrededor de 23%. Creció la torta a repartir, pero el porcentaje para los asalariados disminuyó sensiblemente y fue absorbido por el capital. Esa considero es la deuda estructural de los 40 años de democracia.

*Esta última y remota posibilidad, depende de la voluntad política de lo mejor de nuestra dirigencia, pero también de que la gente de a pie asuma el protagonismo en su autodefensa. En su defecto, si solo se aspira al continuismo conservador que reduce la gestión estatal al pago de la deuda externa y a la contención social moderando el ajuste, con drenaje de capitales en el sistema financiero internacional, veremos crecer el fenómeno ascendente de odio y libertarismo decadente. Proceso que tristemente va mucho más allá de las elecciones de noviembre, porque echa raíces en lo profundo de la subjetividad frustrada.